Pulso



Ahí esta otra vez. El latido subiendo por el pecho. Arriba y abajo. Golpeando como un tambor.El sístole y el diástole. La marea que sube y baja invadiendolo todo. La sensación de haberlo percibido antes, en la universidad, en el pasillo cuando lo vió por primera vez y penso que él era el indicado.

El latido acelerado ahora de angustia, de incertidumbre. Los cuerpos agazapados, en ritual de silencio para no ser advertidos. La salida planeada de diversión convertida en pesadilla.

La discoteca abarrotada de gente convertida en una trampa, en un campo de tiro. La figura del hombre avanzado con el rifle cargado, un arma al acceso de todos que puedes adquirir sin problemas. El odio guiando la mano que dispara y va abatiendo los cuerpos que van cayendo uno tras otro. La venganza de la intolerancia resumida en el accionar del gatillo. El rencor desatado por la indignación al contemplar el beso de los amantes durante una visita a miami dos meses atrás.

Los primeros disparos inadvertidos por el ruido de la música. El hombre avanzando y disparando contra todos. Los gritos de la multitud tratando de escapar. Meterse en el baño huyendo del tiroteo.Los pasos acercándose a lo lejos.La mirada de temor multiplicada en las parejas, en los jóvenes hombres y mujeres que no lograron escapar.

El recuerdo de su madre emergiendo en la cabeza. Escribir para calmar el miedo, los nervios. Escuchar aterrado la aproximación de los gritos, el sonido del arma volviendo a disparar, el breve silencio después que parece interminable, el miedo que se contagia y que no puede contenerse.

El mensaje de texto enviado, explicando la situación. La pregunta preocupada de su madre:-¿estas bien?-.La respuesta enviada con prisa antes de lo inevitable-estoy atrapado en el baño-.La certeza de no salir con vida, de no volver a verla nunca más:-Voy a morir-.

Sentir el ruido cada vez más cerca, cerca. El latido de nuevo golpeándole las sienes,de arriba abajo, como un látigazo hiriéndole la piel. El miedo paralizando la reacción, las emociones exaltadas al límite y el grito de terror inundándolo todo mientras siente el pulso estallando en el pecho y ve la puerta abrirse ante sus ojos indefensa, rendida, sin misericordia.
Category: 2 comentarios

2 comentarios:

Glenda dijo...

Un relato conmovedor, que se acerca a la verdad de alguien o de muchos que tuvieron una trágica muerte...

Luis Eduardo Benites Ames dijo...

Gracias prima por tu comentario. Y es cierto, leer el mensaje de texto enviado ese día es estremecedor.

Publicar un comentario